Como hijo de un estudioso y fanático del juego como pocos; desde muy pequeño tuve la suerte y el privilegio de escuchar hablar de rugby en boca de los que más saben.

Reuniones familiares; asados con amigos y eternos terceros tiempos en el club, fueron el refugio ideal para oír hablar de rugby; de sus reglas, de su técnica y su táctica, pero también de sus principios, su filosofía y espíritu para practicarlo.-
No tengo dudas, que escuchar hablar de rugby desde muy pequeño, me ha puesto en una situación de privilegio para poder aprender.
En rigor, he sido desde siempre, un espectador privilegiado, rodeado a cada paso de verdaderos estudiosos del juego, que me han puesto en las mejores condiciones de aprender.

Desde muy chico “desfilaron” por mi propia casa, figuras de la talla del “Veco” Villegas, el “Negro” Iglesias, “Pomi” Contepomi, el “Tano Loffreda” y muchos otros, que no hicieron más que agigantar mi interés por observar y estudiar este deporte.
Con la simpleza y la humildad de los que verdaderamente saben, fui aprendiendo de ellos desde la cuna misma.
Y así, con el único atributo tal vez, de enfocar mi esfuerzo en escuchar mas que en hablar, fui incorporando conocimientos de manera natural. Conocimientos, que son -en gran medida- producto del entorno que me ha rodeado.
Por ello, mi agradecimiento a mi padre Emilio Perasso, y a quienes, incluso sin proponerselo, empaparon de enseñanzas y de valores mi persona, y por sobre todo honraron y siguen honrando, con sus comportamientos y actitudes, al deporte que tanto queremos...

Por último, mi agradecimiento a Miguel Maldonado, por su análisis y desarrollo de la formación del line out y a la Familia Iglesias, por permitirme trasmitir el mensaje que Miguel tan claramente dejara por escrito hace ya muchos años.